En diálogo con Energía estratégica, José Ignacio Escobar, CEO de la empresa de energía eléctrica Colbún, revela su ambiciosa apuesta en torno a las renovables y destaca varios proyectos en curso en Chile y Perú.
A pesar de que el marco regulatorio no avanza al ritmo de las tecnologías, Latinoamérica se ha convertido en una de las regiones más atractivas del mundo para invertir en desarrollos renovables.
En este marco, José Ignacio Escobar, CEO de Colbún, multinacional con 27 centrales de generación en Chile y Perú, devela su amplia cartera de proyectos renovables y plantea sus desafíos a corto plazo.
¿Cuáles son las expectativas para 2023?
Buscamos agilizar el plan de expansión que nos hemos trazado de cara al 2030. Actualmente, Colbún tiene un 16% de participación en generación del sistema eléctrico chileno y una potencia instalada cercana a los 3.800 MW, y propusimos levantar al menos 4.000 MW de aquí al término de la década; es decir duplicar nuestra capacidad instalada. La inversión de ese crecimiento es de alrededor de US$ 4.000 millones, de los cuales ya materializamos cerca de US$ 500 millones entre 2021 y 2022. Para este año, estimamos concretar alrededor de US$ 650 millones, asociados principalmente a nuestro proyecto eólico Horizonte. Es decir, ya hemos desembolsado y comprometido más de US$ 1.000 millones en el desarrollo de energías renovables.
¿Cuáles son las novedades, y retos para el 2023?
Colbún se encuentra en un momento favorable. Tenemos una situación financiera sólida, un destacado equipo en términos humanos y profesionales, un importante alineamiento estratégico interno, diversos proyectos en distintas etapas y accionistas que nos apoyan en el crecimiento. Un desafío para este año es lograr que nuestro plan estratégico se cumpla de la mejor manera posible.
En términos específicos, nuestro parque solar Diego de Almagro (230 MW, Región de Atacama), inaugurado en 2022, se encuentra en operación comercial, proyecto que además contempla nuestro primer sistema de almacenamiento en baterías, el cual está en pleno proceso de puesta en marcha; y el parque eólico Horizonte (812 MW, Región de Antofagasta) está en plena construcción y aspiramos a que genere sus primeros GWh este año. En términos de almacenamiento, construimos en 2022 un sistema de baterías por 8 MW de potencia y 32MWh de energía en la planta solar Diego de Almagro Sur y estamos evaluando nuevos proyectos por 600 MWh adicionales.
En cuanto a Perú, a través de Fenix venimos trabajando en el desarrollo de una cartera de potenciales proyectos renovables por 1.900 MW, ubicados en la costa norte y la costa sur de ese país, cuya materialización dependerá de las autorizaciones ambientales y de la demanda del mercado. El objetivo es añadir un «piso» de 400 MW de capacidad instalada con renovables. Este plan de fuente variable, sumado al actual activo termoeléctrico, dejará a Fenix en una buena posición para ofrecer energía continua al sistema, otorgando flexibilidad y confiabilidad al sistema eléctrico de Perú. Además, permitirá satisfacer la demanda energética de grandes clientes como mineras y grandes industrias.
Finalmente, otro reto es continuar consolidando nuestra estrategia comercial, ofreciendo a nuestros clientes -tanto regulados como libres- un suministro competitivo y confiable así como una oferta integral de soluciones energéticas. Un resultado de lo anterior es que a fines de 2016 Colbún tenía 3 clientes libres y a la fecha contamos con más de 300.
¿En qué proyectos están trabajando en torno al hidrógeno verde?
Consideramos la producción de hidrógeno como una extensión natural de nuestro negocio core, muy alineado con nuestra cartera de proyectos renovables. Nuestra estrategia apunta a usar H2V para descarbonizar la industria doméstica y posicionar a Chile en la producción mundial de combustibles limpios.
En enero de este año establecimos una alianza con el conglomerado japonés Sumitomo para desarrollar proyectos de hidrógeno verde para producir amoniaco. Este acuerdo permitirá que ambas compañías estudiemos, la factibilidad de desarrollar en las regiones de Antofagasta y Magallanes proyectos industriales destinados a elaborar amoniaco verde en base a hidrógeno verde.
El año 2022 fue muy activo en materias de H2V. Además de crear la Gerencia de Hidrógeno Verde, Colbún conformó un consorcio con varios actores y el Aeropuerto de Santiago para explorar usos de este combustible en sus instalaciones, buscando que éste se transforme en el primer aeropuerto de América Latina en operar con hidrógeno verde y acelerar su meta de descarbonización. A eso se suma alianza establecida en 2021 con Komatsu Cummins para proyectos H2V en electromovilidad.
Continuaremos impulsando con fuerza el desarrollo del H2V, en particular a través de alianzas con productores y potenciales consumidores de este combustible.
¿Cuáles son los desafíos regulatorios en Chile en favor de las renovables?
Hay diversas señales, cada vez más urgentes, de que es necesario convocar a un profundo proceso de revisión de nuestro modelo energético. Hasta la fecha, hemos ido perfeccionando el actual modelo con parches y leyes cortas, pero luego de 40 años de un exitoso modelo a nivel mundial, ya es hora de preguntarnos si el modelo vigente es la mejor opción para que nos acompañe por los siguientes 40 años, y nosotros creemos que no.
Urge también la nueva ley de distribución eléctrica, la cual quedo entrampada en el gobierno anterior. Es una pieza clave para poder seguir avanzando con la generación distribuida, la electromovilidad y la eficiencia energética.
Considero también muy importante -con motivo del actual proyecto de ley de cuotas ERNC- que se incluya a las centrales hidroeléctricas como parte de la oferta ERNC, ya que son una complementación perfecta para el resto de las tecnologías renovables. Creemos que es importante que la regulación reconozca adecuadamente el rol que la hidroelectricidad de embalse puede tener como fuente de almacenamiento de energía.
Si queremos fomentar el desarrollo de las energías solar y eólica, hay obstáculos relevantes, tales como la congestión en las líneas de transmisión (en particular desde el Norte hacia la zona Centro-Sur) y la escasez de sistemas de almacenamiento, como una manera de paliar los actuales vertimientos que ocurren cada vez con mayor frecuencia en el Norte de Chile.
No obstante, Chile es uno de los países de América Latina que más ha avanzado en cuanto a la incorporación de energía solar y eólica a su matriz. Considerando cifras al 2021, es el segundo país del continente americano con mayor penetración de energía solar y eólica, sólo superado por Uruguay. La actual ley ERNC ponía una meta de 20% de la energía producida en Chile al 2025, y en 2022 terminamos con 33% de renovables.
A todo lo anterior se suma la necesidad inminente de promover una adecuada planificación territorial, que incorpore a los actores locales en la definición de ubicaciones para los alrededor de 20.000 MW de energía renovable que Chile requiere para lograr el retiro de las carboneras a 2030 como parte de la transición energética.
Por otro lado, la última licitación de clientes regulados se declaró prácticamente desierta. Para el próximo proceso como compañía esperaríamos que revisen las bases del proceso y se resuelvan ciertas incertidumbres. En la medida que se den señales claras al mercado, podemos resguardar situaciones de insolvencia y aumentar las garantías para poder resguardar al cliente final.
Fuente: Energía Estratégica