El ejecutivo plantea que el Gobierno logró que se pagara la deuda con las generadoras que produjo el congelamiento de tarifas, pero apunta a la falta liderazgo en varias materias clave.
José Ignacio Escobar, gerente general de la eléctrica del grupo Matte, Colbún, tiene una visión crítica del sector eléctrico, del cual la empresa que encabeza es parte. Lo anterior, en medio de un complejo escenario en donde las cuentas de la luz se han elevado en más de dos dígitos en un breve lapso, tras el congelamiento de las tarifas en el posestallido y pandemia, y una polarización entre las instituciones que gestionan el rubro.
Si bien es reacio a calificar a sus integrantes, atribuyendo más incidencia a un escenario complejo de enfrentar, manifiesta que falta liderazgo en un sector difícil de entender, en donde intervienen muchos actores y que es urgente adecuar a los tiempos actuales el plano institucional.
También critica que ninguna de las candidaturas presidenciales tiene el tema energético como prioridad en sus agendas programáticas, pues arrasan otros tópicos como la seguridad. “Llama la atención que, teniendo en cuenta la importancia que tiene la electricidad en la vida de las personas, se hable poco de ello”.
—¿Qué nota le pondría a este Gobierno en materia energética?
“No quiero poner nota. El Gobierno tuvo el gran punto positivo de haber terminado con los PEC, o préstamos de pago de energía de continuidad por unos US$ 4.000 millones, que se generaron entre los usuarios y las generadoras por el congelamiento de tarifas que se arrastraba del gobierno anterior”.
“Hubo que tener coraje y un costo político no menor por las alzas de las cuentas que acumulaban cinco años paralizadas y que se reajustaron en un lapso de seis meses. Y aún así, el ministro Diego Pardow lo hizo y todo el sector está aliviado, porque era algo urgente”.
“Esto estaba por contratos, que fueron los que gatillaron el inicio de la transición energética y una parte relevante de las inversiones. Lo único que hizo el Gobierno fue sincerarlo”.
—¿Cuál fue la arista negativa de esta administración?
“Más que una cuestión de gobierno, uno podría haber esperado un mejor liderazgo. Producto de todo lo que pasó con los PEC, luego el apagón y la consecuente pelea entre la SEC y el Coordinador (la primera formuló cargos en contra de los integrantes de su consejo directivo del segundo por infringir el deber de vigilancia de la entidad vinculado a su gestión en el apagón de febrero que dejó a millones de hogares a oscuras por un lapso considerable), los proyectos de ley, por ejemplo, de los subsidios tarifarios, las diferencias con las minicentrales o PMGD por eventuales cobros, entre otros, son demasiados elementos. Por sí solo, cada uno, eran bastante abordables y podrían haber sido encapsulados, ir apagando los fuegos de a uno, y para eso no hubo liderazgo suficiente”.
“Se generó una batahola compleja que hoy día tiene al sector eléctrico sumido en una crisis, que al menos en mis 23 años en el rubro yo no había visto”.
“El sector eléctrico está polarizado, desordenado, y las propias instituciones que lo regulan están peleadas entre sí”.
Escobar agrega que en toda esta discusión, en donde también la SEC ha sido abiertamente crítica al rol que tiene el Coordinador Eléctrico, hay también una polarización entre el Ejecutivo y el Congreso en varios de los proyectos de ley. “Y la Comisión Nacional de Energía (CNE), que es el organismo técnico que transforma las políticas o lineamientos del Gobierno en regulación, ha pasado a un segundo plano, está silenciosa. Históricamente, tenía mucho que decir”, manifiesta.
—¿Y la nota del Gobierno?
“A este ministerio le tocó navegar en aguas complejas, en un país complejo, estancado, con poco crecimiento y con una transición energética que venía muy rápida. Logró sortear algunas cosas, como el PEC; otras no”, insiste el ejecutivo de la eléctrica de la familia Matte, sin querer aventurar una calificación.
—¿Cómo calificaría la labor del operador del sistema, el Coordinador?
“Yo creo que el Coordinador Eléctrico, al igual que, en general, la institucionalidad eléctrica, se va a salvar por el escenario”.
“Lamentablemente, un Coordinador sin apagón versus un Coordinador con apagón no es lo mismo. Pero son cosas que pueden suceder, él tiene que gestionar”.
Mejorando el suspendido proyecto Paposo
—¿Existe claridad en torno al proyecto de Bombeo Paposo en la Región de Antofagasta?
“En los últimos cuatro años, hemos invertido más de 1.800 megawatts (MW) en proyectos, y me parece que es absolutamente indudable el compromiso que tenemos con seguir invirtiendo en Chile en la transición con proyectos competitivos y sostenibles para nuestros clientes (...) creo que poder predecir ahora lo que va a pasar en los siguientes cinco años no puede garantizarse con exactitud, cuál va a ser el proyecto de nuestra cartera que va a ver la luz o no en los próximos cinco años”.
Cabe recordar que esta inversión por US$ 1.400 millones de la compañía eléctrica fue suspendida por la firma, luego que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Antofagasta indicara que la iniciativa carecía de información esencial y no acogiera un recurso de reposición de la compañía. La empresa manifestó que la resolución del organismo era poco coherente y que contenía errores formales”.
—Pero ustedes son una empresa que planifica en el largo plazo. ¿No tienen claridad sobre cuál es el escenario para llevarlo a cabo o están esperando un cambio de gobierno?
“Sí a todo y, a la vez, no a todo. Tenemos seis mil megawatts (MW) de cartera de proyectos con todas las tecnologías: almacenamientos en batería, eólicos, solares, hidráulico, y a todas estas frutas las tratamos de hacer madurar de forma equivalente; por lo tanto, el tratamiento que le damos a un proyecto como Paposo, en cuanto a bajo qué condiciones se puede o no reactivar, es exactamente igual a lo que hacemos con toda la cartera (...) Paposo está exactamente en la misma carrera que todo el resto de nuestro portafolio. Estamos trabajando en ello, estamos en terreno”.
—¿Están reformulando esa iniciativa?
“Hay un espacio técnico, sin duda, de mejora de optimización de todo tipo, pero claramente el gran espacio de trabajo es el social, de entendimiento de un proyecto de este tipo: qué significa para la comunidad, qué significa para el entorno, y a eso también estamos dedicándole bastante tiempo, bastante energía, para ver si convergen las dos cosas. Y en el mundo eléctrico, los tiempos son meses o años para establecer una relación de confianza con una comunidad, no es de dos semanas, no es de dos meses”.
“Falta un mercado abierto y transparente para el gas”
Recientemente, en medio de una estrechez del sistema eléctrico por restricciones a la línea Cardones-Polpaico tras el apagón de febrero, el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) advirtió a Colbún que se quedaría sin gas para generar con sus centrales térmicas. Ocurre en un contexto de interrupciones de los envíos desde Argentina (los contratos de Colbún son interrumpibles).
—¿Por qué Colbún no compra un barco con gas para este tipo de situaciones?
“No hay un mercado abierto y transparente del gas. Yo no sé cómo está la información respecto a volúmenes, precios y fechas y plazos, de cuándo va a haber o no GNL o gas natural argentino, a cuánto se transan los precios, cómo están los volúmenes de combustible”.
“Nos es muy difícil tomar decisiones respecto de algo tan importante como es un combustible esencial, con la cantidad y acceso a la información que hoy día está. Entonces, si finalmente el gas seguirá teniendo un rol importante por los próximos 15, 20 años, es importante tomar un símil a lo que hoy en día es el CEN. Podría ser una especie de coordinador de gas nacional, que puede funcionar como una misma área del CEN.
—¿Esa misma falta de transparencia los sorprendió a ustedes sin el gas suficiente para Nehuenco?
“Por supuesto, porque ¿sabes cuándo hay que comprar el gas para el próximo año? En agosto del año anterior; yo tengo que en agosto de cada año sacar mi bolita de cristal y decir cuántos barcos de GNL voy a comprar para el año siguiente. Imagínate el nivel de riesgo que nos hacen correr”.
“Yo no sé cuánta lluvia va a haber, no sé cómo van a estar los deshielos, el suministro de gas natural argentino, los proyectos de transmisión. Y tengo que sacar mi bola de cristal para decir cuántos buques de gas voy a nominar”.
Fuente: Economía y Negocios, El Mercurio.