La iniciativa, que contó con el aporte de Colbún, se enmarca dentro del taller de compostaje y lombricultura que desarrolla el establecimiento educacional desde hace varios años.
Con la finalidad de apoyar al desarrollo del proceso pedagógico e integral de sus estudiantes, por medio del taller de compostaje y lombricultura que lleva a cabo hace 20 años, la Escuela Río Blanco implementó un invernadero educativo para la comunidad escolar, a partir de un aporte realizado por la empresa Colbún y su Complejo Hidroeléctrico Aconcagua.
El objetivo de la iniciativa es que los alumnos puedan realizar cultivos durante todo el año, sin limitaciones de la temporada invernal, y posteriormente trasplantar los almácigos para su uso o llevarlos a sus casas.
“Nosotros partimos hace muchos años con un trabajo de compostaje que se mantuvo permanentemente y donde hemos podido ir ampliando la cobertura y los trabajos que están realizando los alumnos. La idea nuestra es que esto se proyecte hacia el hogar, vale decir, que la escuela sea el puntapié inicial para que esto sea trabajado también en los hogares”, indicó el director de la Escuela Río Blanco, Claudio Sepúlveda.
En tanto, Héctor Sandoval, profesor del establecimiento y responsable del taller de compostaje, señaló que “los niños y niñas participan en forma muy positiva. Es un tiempo que ellos disponen fuera de su horario de clases y participan bastante a gusto. Comenzamos con la preparación del compost, para el cual utilizamos verduras que quedan del casino de nuestra escuela y, con ello, vamos preparando la tierra de hoja, utilizando la descomposición de las bacterias y los hongos. Para nuestra escuela y para este taller ha sido de suma importancia este aporte, ya que contamos con muy pocas herramientas”
Por su parte, los alumnos valoraron positivamente este tipo de iniciativas. “Me parece muy bien porque aprendemos de la naturaleza. Nos enseñan acá a cuidar las plantas, a cultivar, cosa que yo no sabía”, sostuvo Ignacia Zamora, de séptimo básico. Joseph Marchant, también de séptimo básico, expresó que “es muy entretenido, pero a la vez cansador. Hay que hacer muchas cosas, como regar las plantas, mantener las cosechas, cultivar, hacer compost. En mi casa estoy haciendo compost junto con mi mamá. Estamos plantando tomate, lechuga, calabazas y varios tipos de plantas”. Franco Villagrán, de sexto básico, manifestó a su vez que “además de que aprendemos sobre cómo cuidar la naturaleza, aprendemos a hacer nuestra propia tierra de hoja. Estamos cultivando tomate y espinaca. Llevo tres años y me gustaría seguir con el curso, porque así aprendemos mucho más sobre el planeta”.
Finalmente, Gonzalo Palacios, jefe de Asuntos Públicos y Comunicaciones de Colbún, valoró el trabajo impulsado por la Escuela Río Blanco, indicando que “queremos aportar a que el establecimiento y su comunidad escolar sigan promoviendo estilos de vida sostenibles, llevándolos a los hogares de los estudiantes, y así contribuir en conjunto a una mayor conciencia medioambiental”.
