¿Qué es la eficiencia energética? Y más importante aún, ¿Qué no es? En momentos en que las grandes empresas están en la cuenta regresiva para implementar la Ley de Eficiencia Energética, es el momento de tener claro el alcance de este nuevo estándar legal.
Mientras Chile vive un boom de las energías renovables, y el desarrollo sustentable se convierte en un imperativo, la eficiencia energética parece no haber ganado aun la misma atención. La propia Agencia de Sostenibilidad Energética advertía hace poco que un bajo número de empresas había reportado sus consumos energéticos en el marco de la nueva Ley de Eficiencia Energética, requisito que a partir de marzo es una obligación legal, al menos para las 1.200 mayores empresas del país.
Quizás en la raíz de este fenómeno está una cierta confusión de conceptos. Porque eficiencia energética no es instalar paneles solares en los techos de nuestras fábricas, ni tampoco es sinónimo de sostenibilidad.
El desarrollo sostenible se enmarca en los 17 objetivos definidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU) entre los cuales se encuentran temas tan amplios y complejos como el fin de la pobreza, producción y consumo responsable, trabajo decente y desarrollo económico, energía asequible y no contaminante, etc. ¿Existe entonces un pilar que contenga el concepto de eficiencia energética?
La verdad, la eficiencia energética es difícil de encasillar. En la práctica, estamos hablando de (1) un proceso de mejora continua, (2) que impacta de manera global a todos los actores, y (3) que se da en todos los niveles de la sociedad, por lo que aporta al cumplimiento de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y no solo a uno. La eficiencia energética es parte de las políticas públicas, y su impacto es transversal a toda la sociedad: hogares, transporte, comercio, industria y minería por igual. Pero, ¿qué es la eficiencia energética?
Concepto Clave: Mejora Continua
Si bien existen distintas definiciones, para el autor de esta columna la mejor es aquella que caracteriza a la eficiencia energética como “un proceso de mejora continua en cuanto al uso de la energía utilizada para producir distintos bienes y servicios, manteniendo o mejorando los estándares de calidad de éstos”. Su ventaja es que es aplicable a todos los niveles antes descritos: a nivel residencial, el objetivo es mejorar nuestro confort térmico con un menor uso de energía (climatización) a través de mejores diseños y construcción de viviendas; a nivel industrial, la meta es lograr disminuir el consumo de energía específico por cada unidad de producto, donde los costos del ítem energía, dependiendo del rubro, pueden llegar a representar entre el 8% al 20% del costo total de producción; y a nivel de servicio, usando el ejemplo de una empresa de telecomunicaciones, el objetivo puede ser disminuir el consumo de energía por cantidad de transferencia de datos o voz asociadas a los sistemas electrónicos de cada antena de telecomunicaciones.
En resumen, todos podemos construir objetivos y metas en torno a la eficiencia energética, con la finalidad no de “ahorrar/conservar energía” sino de mejorar nuestro desempeño energético, mejorando nuestra competitividad y, finalmente, aportando a la mejora del desempeño energético del país, logrando desacoplar la curva de consumo de energía de la curva del PIB, como ocurre en países desarrollados. En esta misma línea, cambiarse de energía fósil a renovable o fomentar la autogeneración no serán considerados eficiencia energética mientras no mejoren el desempeño energético (la relación entre la cantidad de energía y la generación de bienes y servicios) del sitio o compañía donde se implementen.
En momentos en que las grandes empresas entran en la cuenta regresiva para implementar los requisitos de la Ley de Eficiencia Energética, es el momento de tener claro el alcance, dimensiones y estándares que impone este nuevo marco legal, evitando así pasos en falso y propiciando las medidas lo más costo-eficiente posibles.
Pablo Bustos, Gerente Energía Grandes Consumidores de Colbún Soluciones by Efizity.
